"El estilo grunge trae a la moda a los
nuevos pobres, que reciclan cualquier trapo. Los tejanos se desgarran aún más y
toda ostentación queda absolutamente fuera de lugar. Los movimientos que
reivindican que las arrugas de la edad se consideran bellas, que abominan de lo
artificial, lo frívolo y lo artificioso proliferan en todas partes. El estilo
minimal, sobrio, sencillo, oscuro, con el que acaba el siglo es el símbolo de
una nueva época." Margarita Riviére.
El fin de una era, el cambio, se acabó, esto se
acabó y si no se acaba, todo se irá al traste. Tiene sentido, el grunge se
inició a principios de la década de los 90", venido de una época de crisis
económica que tuvo su origen en Estados Unidos y que fue impulsado por éxitos
musicales como Nevermind de Nirvana y Ten de Pearl Jam. Un estilo de
rock alternativo que tuvo su fin oficial a finales de la década y que sin
embargo su estilo de vida, su filosofía, su forma de pensar se ha mantenido,
aunque renovado por los nuevos movimientos sociales, las modas, las tendencias,
todo bebe de una época anterior, un tiempo de lucha, de sacrificios que se
desvelan a través de generaciones muy distintas.
Por primera vez, cuatro generaciones conviven en
un aire convulso que inspira el cambio, cambios ¿hacia dónde? ¿Qué cambios? No
se sabe a ciencia cierta, pero todos lo intuyen: los de la época post
franquista, los herederos de la joven democracia, los que lucharon en los 60
por los derechos de la mujer, el baby boom español, los que desterraron
cualquier discriminación. Todos ellos se juntan con los veinteañeros de hoy,
aquellos que llaman los "nativos digitales".
El poder de la comunicación a través de las redes
hacen pensar que el "no future" del punk y que retoma el grunge, una
rebelde y depresiva apatía que simula vivir de la esperanza. Una esperanza por
dar oportunidades a caras nuevas, un choque entre lo nuevo y lo viejo.
Una sociedad que ha cambiado a causa de la
tecnología. El ciudadano ya no es el mismo, el consumidor tampoco, comprarse un
coche, una casa, tener hijos, la cultura del tener, ha llegado a su fin,
ahora suena extraño pero en 15 años será una realidad. Una vida mejor ya no
tiene el mismo significado para tus padres que para ti, te deshaces de lo material
a cambio de lo experiencial.
Quizás por ello el grunge ya no se lleve y los
seventies con sus pantalones de campana y su hippismo chic hayan ganado la
batalla.
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