domingo, 30 de diciembre de 2012

2013 ¿Año gafe? o ¿El año del cambio hacia lo positivo?


Como casi todo el mundo hace por estas fechas, llega el momento de plantearse los nuevos propósitos para el nuevo año. Siendo una tradición, está claro que no hay que buscarle el sentido, se hace por tradición y se incumple por tradición. 

Dejando de lado los ya típicos "dejar de fumar" o "ir al gimnasio" quizás habría que darle una vuelta de tuerca y en lugar de plantearse hábitos para modificar, lo suyo seria escribir o meditar sobre todo lo que nos ha pasado durante el año y lo que hemos aprendido, para que en el nuevo año no volvamos a cometer los mismos errores. Es probable que esto sea mucho más valido y útil que proponerse metas que no vamos a cumplir.

Así que allá vamos:

El toro se coge por los cuernos. Nunca por la cola.

Las palabras se las lleva el tiempo, TODO por escrito y firmado por favor.

Desconfía de lo que aparentemente parece perfecto.

No te fíes de nadie, ni siquiera de tu padre.

Cuanto más alta es la subida, más alta será la caída.

No siempre que te lo merezcas recibirás lo que te mereces.

Pero si trabajas duro puede y sólo puede que un día lo recibas.

Por ello no hay que perder la esperanza y seguir al pie del cañón.

El pasado nunca volverá, jamás, nunca, métetelo en la cabeza.

El futuro no lo conozco.

El presente es el que importa.

Cuidado con lo que aspiras puede no hacerse realidad nunca.

Cuidado con lo que deseas porque puede hacerse realidad.

Sea como sea, sé cómo tú eres, es muy cansado y frustrante estar actuando todo el tiempo, además de ser casi imposible.

En boca cerrada no entran moscas.

Perdona, pero nunca olvides.

Y recuerda quien no conoce su historia está condenado a repetirla.

¡Feliz año 2013 a todos!