lunes, 25 de mayo de 2015

El amor en alza

Admítelo la vida real es un rollo. Otra vez lunes, suena el despertador, te levantas a "trompicones", vas al aseo, miras con recelo tu cara hinchada y aún con los ojos "semi abiertos" piensas que deberías haberte acostado antes porque hoy es imposible sentirte más cansado y adormilado.

Como no tienes elección, escoges lo primero que encuentras en el armario, desayunas un café esperando que te espabile pero no lo hace y finalmente coges tu coche, metro, bici, bus, tram o tus dos lindas piernas con dirección hacia tu trabajo. Una vez allí, cuentas las horas para que de repente vuelva a ser viernes y así puedas, al menos, dormir hasta que se te antoje o hacer lo que te dé la real gana que para eso es fin de semana. Cuando pienso que hay algunos/as que ni siquiera pueden disfrutar del fin de semana, me pregunto incrédula ¿cómo lo hacen?

Bueno, alguna cabeza pensante sabe que esto que acabo de relatar es así, por eso, como la vida real y normal de cada uno, suele ser un auténtico sacrificio, a no ser que seas multimillonario/a en ese caso, puede que no cuente mucho esto que voy a explicar, pero como el resto somos mayoría, entonces nos creamos o nos crean pequeñas píldoras que hacen que nuestra vida sea un poco mejor.

Véase, el cine, la literatura, el arte, el alcohol, el tabaco, otras sustancias, compras compulsivas y un largo etc. que simplemente resume lo que viene siendo "rellenar" un vacío al que no es fácil enfrentarse y para no hacerlo, qué mejor que recurrir a uno de estos: parches, píldoras, vías de escape, deseos, ensoñación, esperanzas que alimentan tu falsa positividad, en fin, cómo queráis llamarlo.

Y dentro de estas, píldoras, se encuentra la más importante de todas: el amor.


Sí amigos, el amor es el resultado de una serie de combinaciones de sustancias químicas que se producen en el cerebro y que se distribuyen a través del sistema circulatorio y nervioso. Un cóctel molotov de endorfinas y oxitocinas que consiguen que nuestro organismo viva en una absurda felicidad constante. Por eso, porque las cabezas pensantes, antes citadas, saben que el amor se necesita, el amor se vende y se compra compulsivamente con el fin de dar salida a nuestras sombras.

Por tanto no es de extrañar que las marcas hagan uso del amor para vender sus productos, este ha sido el caso de Jay Alvarrez y Alexis Ren, la pareja de Instragram que comenzó dando mucha envidia al resto del mundo con sus espectaculares fotos en la playa, con sus cuerpos esculturales bañados por el sol, en un paraje idílico donde obviamente resulta muy sencillo enamorarse.



Sus continuas actualizaciones a esta red social les han llevado a conseguir miles de seguidores, personas que veían una vida de anuncio a través de sus smartphones y no podían evitar darle a Me Gusta. El anhelo se convierte en supuesta realidad, vivida por otros, sí, pero parece que ahora está más cerca y por este motivo Pull&Bear ha visto un importante filón en el surfista y la modelo, y los ha contratado como imagen publicitaria, lo curioso es que ellos ya eran una imagen publicitaria de sus propias vidas.



Y ahora la cuestión es ¿Esta pareja realmente existe? ¿O serán ciertos los rumores que indican que todo se trata de una estrategia marketiniana millonaria?


¿Realmente existe algo tan perfecto en esta vida?






P.D. Culpo a Disney, a Dirty Dancing  a Jay Alvarrez y Alexis Ren por mis altas expectativas.

https://instagram.com/jayalvarrez/

domingo, 17 de mayo de 2015

Ya no me acuerdo

"Esta mañana, ya no me acordaba como tocaban mis dedos, esa guitarra que era para mi tu cuerpo, ya no me acordaba lo que sentía cuando acariciaba tu pelo, ya no me acuerdo si tus ojos eran marrones o negros"

Los primeros recuerdos que me llegan a la mente, cuando intento hacer un viaje recóndito en mi memoria, se van hacia un pequeño descampado. Me divertía subir y bajar aquellos escalones construidos en la propia tierra, es lo que solía hacer mientras mi perro olisqueaba todo lo que se encontraba, yo tenía apenas dos años, pero me acuerdo de mi padre lanzándole las bolitas que los cipreses generan, las lanzaba tan lejos que las hubiera perdido de vista de no ser porque tras ellas siempre corría mi perro como si la vida le fuera en ello.

Avanzando un poco en mi corta vida, llego al primer día de colegio. Aquella mochila pesaba tanto... ¡para qué demonios iba a necesitar tantos libros! Nunca antes había tenido y ahora notaba como las cuerdas se me clavaban en los hombros del peso. A punto estuve de caerme subiendo las escaleras del autobús. Entonces mi madre me sujetó, pero cuando llegué a la escuela si que me caí, esta vez bajando unas escaleras ¡Cuántas escaleras tiene esta maldita vida! Me eché a llorar, absolutamente desconsolada, por primera vez me sentí sola, aunque no era cierto, porque en seguida alguien vino a ayudarme, me secó las lágrimas y me acompañó hasta clase.

También me acuerdo a quién le di mi primer beso y mi segundo y mi tercero. Y por supuesto, una lección que me enseñó que "no hay mayor desprecio que no hacer aprecio".

Recuerdo como me despedí en aquel piso de estudiantes en Finlandia, nadie sabía que me estaba despidiendo, pero en mi fuero interno sabía que la aventura se acabaría pronto, así que pensé, recuérdalo, graba a fuego este momento en tu mente, porque sin duda, será el mejor suvenir que puedas llevarte, así que fijándome en cada rincón y diciéndome a mi misma que posiblemente se acababa la mejor etapa en la vida, lo guarde, en principio para, siempre. 

¿Porqué en principio? bueno, nunca se sabe ¿y si algo o alguien me roba mis recuerdos? no hay un seguro para ello, no hay moneda que pueda pagar ni tan siquiera por uno de ellos, valen tantísimo que por ello no encuentro nada más horrible que el que un día no sepas ni quién eres. 

Cada minuto se diagnostica en el mundo un nuevo caso de Alzheimer, una enfermedad que te despoja de tu capacidad intelectual. No hay cura, se desconocen las causas y el origen. Tras décadas de investigación sin éxito, ahora la ciencia focaliza sus esfuerzos en intentar prevenirla. La Sociedad Española de Neurología (SEN) calcula que en España hay más de 600.000 personas afectadas. La Federación Internacional de Asociaciones de Alzheimer señala que en 2050 habría 135 millones de personas con demencias en todo el mundo, una cifra que alcanza proporciones de epidemia.

¿Será este el precio que pagamos por vivir más años? No tengo tanta plata, de hecho lo "más grande" que tengo está en mi cabeza, si  un día desaparece, simplemente ya no seré, sólo estaré.



domingo, 10 de mayo de 2015

Todo grunge


"El estilo grunge trae a la moda a los nuevos pobres, que reciclan cualquier trapo. Los tejanos se desgarran aún más y toda ostentación queda absolutamente fuera de lugar. Los movimientos que reivindican que las arrugas de la edad se consideran bellas, que abominan de lo artificial, lo frívolo y lo artificioso proliferan en todas partes. El estilo minimal, sobrio, sencillo, oscuro, con el que acaba el siglo es el símbolo de una nueva época." Margarita Riviére.


El fin de una era, el cambio, se acabó, esto se acabó y si no se acaba, todo se irá al traste. Tiene sentido, el grunge se inició a principios de la década de los 90", venido de una época de crisis económica que tuvo su origen en Estados Unidos y que fue impulsado por éxitos musicales como Nevermind de Nirvana y Ten de Pearl Jam. Un estilo de rock alternativo que tuvo su fin oficial a finales de la década y que sin embargo su estilo de vida, su filosofía, su forma de pensar se ha mantenido, aunque renovado por los nuevos movimientos sociales, las modas, las tendencias, todo bebe de una época anterior, un tiempo de lucha, de sacrificios que se desvelan a través de generaciones muy distintas.

Por primera vez, cuatro generaciones conviven en un aire convulso que inspira el cambio, cambios ¿hacia dónde? ¿Qué cambios? No se sabe a ciencia cierta, pero todos lo intuyen: los de la época post franquista, los herederos de la joven democracia, los que lucharon en los 60 por los derechos de la mujer, el baby boom español, los que desterraron cualquier discriminación. Todos ellos se juntan con los veinteañeros de hoy, aquellos que llaman los "nativos digitales". 

El poder de la comunicación a través de las redes hacen pensar que el "no future" del punk y que retoma el grunge, una rebelde y depresiva apatía que simula vivir de la esperanza. Una esperanza por dar oportunidades a caras nuevas, un choque entre lo nuevo y lo viejo.




Una sociedad que ha cambiado a causa de la tecnología. El ciudadano ya no es el mismo, el consumidor tampoco, comprarse un coche, una casa, tener hijos, la cultura del tener, ha llegado a su fin, ahora suena extraño pero en 15 años será una realidad. Una vida mejor ya no tiene el mismo significado para tus padres que para ti, te deshaces de lo material a cambio de lo experiencial.

Quizás por ello el grunge ya no se lleve y los seventies con sus pantalones de campana y su hippismo chic hayan ganado la batalla.