lunes, 28 de noviembre de 2011

La estética de la felicidad


El 85% de las personas encuestadas afirma que verse bien frente al espejo le hace tener una actitud ante la vida diferente.

 La sociedad de hoy en día según los sociólogos es materialista y superficial.  La gran mayoría vive agobiada por la imagen de uno mismo, de lo que los demás ven cuando nos miran, de lo que somos, de lo queremos ser y de cómo conseguirlo.
Vivimos en un mundo competitivo en donde lo que más cuenta es la apariencia que tenemos y que en muchos casos nos ha costado conseguir. Aunque esa imagen no sea la real pero siempre será mejor que la verdadera. Y es que, cuántos  han comprado un coche que no podían pagar o un bolso que costó todo un año de ahorrar para gritarle al mundo ¡eh yo tengo algo que tú no tienes, yo soy glamour, estilo, disfruto del lujo! En definitiva, yo tengo y soy lo que tú no eres. Esto no debería escandalizar ni hacernos pensar que somos peores personas, sino que simplemente desde los orígenes de la raza humana  han existido símbolos que nos ayudaban a comunicarnos con nuestros congéneres. Estos símbolos hoy los llamamos marcas y hablan de nosotros mismos más de lo que imaginamos y por esta razón anhelamos el conseguir esos productos para así sentirnos mejor con nosotros mismos, más seguros y más felices.
Claro que no todo es material, el aspecto físico también es importante, aquí entran claves tales como llevar una vida saludable, hacer deporte etc. Para casos difíciles de solucionar está la cirugía estética y para los casos sencillos el maquillaje.
Hoy en día los hombres también se maquillan, se han dado cuenta de los innumerables beneficios estéticos que suponen el quita ojeras, la máscara de pestañas, los polvos de maquillaje, el eye liner y por supuesto la barra de labios. Es evidente que no todos estos productos son usados por los hombres, pero tiempo al tiempo, la locura de lo estético continúa haciendo estragos.  Está comprobado que una mujer maquillada es más feliz porque se siente mejor con la imagen que le devuelve el espejo, incluso camina de distinta manera, mira al mundo y piensa ¡aquí estoy yo!  Se han realizado estudios con enfermas de cáncer y con mujeres mayores de 60 años que después de maquilladas se sentían mucho mejor consigo mismas. Algo parecido sucede con los hombres y el gimnasio. Por tanto ambos sexos conocen la importancia de verse atractivos y de gustar.
La belleza está en el exterior. Así es como se percibe pero, no hay que olvidar que no es eterna, lo que significa que también se tiene que trabajar  la belleza del alma para seguir siendo bello cuando la exterior se desvanezca.

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