domingo, 11 de diciembre de 2011

En busca del valle encantado

Justo ahora que la Navidad se hace cada día más presente quise reencontrarme con el niño que todos (se supone) llevamos dentro. Iba caminando por la calle, intentando realizar alguna compra para alguna persona en especial e intentaba sentirme emocionada con la gente, con el color de las luces navideñas, con los adornos. Intenté como antaño, sentirme feliz por ningún motivo, como si un halo de magia me envolviese y de pronto mi corazón se paralizase, sintiéndome parte de un cuento maravilloso que yo misma creaba y vivía con pasión. Pero NADA, esta vez, nada de emoción.

Sin embargo, no quise darme por vencida. Limpiando estanterías y objetos que hacía mucho tiempo que no recaía en ellos, recuperé una cinta de vídeo VHS de dibujos animados llamada "En busca del Valle encantado".

No sé por qué extraño motivo quise volver a verla. Sin darme cuenta lo supe. Cuando era niña no recaía en el sentido que tenían aquellas películas, supongo que lo que me llamaba la atención de ellas eran sus colores, sus personajes, la música y su historia como un todo, sin estudiar los pequeños detalles. 

El mensaje que dicha película difunde es lo que todos queremos conseguir, llegar al valle encantado, al lugar maravillo que nos aportará estabilidad y felicidad. Pero para llegar a él, muchos quedan a mitad de camino, los obstáculos son innumerables, muchas veces te pierdes, sufres y sobre todo a lo largo de todo ese camino estás solo. Empiezas y lo acabas solo.



No sé qué pensareis pero lanzar ese mensaje tan crudo y real como la vida misma a niños de 5 o 6 años es  cuanto menos duro de asumir. Para colmo, la madre del principal personaje muere a los 5 minutos de cinta a manos de un Tiranosaurios Rex.



Pero ahí no quedó la cosa. Después de aquello me puse a repasar todas las películas de Disney: El Rey León. El segundo sucesor al trono y hermano del rey, mata a su propio hermano y le hace creer a su sobrino que ha sido él, el culpable de dicha muerte, para que huya del reino y jamás regrese. 

El Jorobado de Notre-Damme, no he visto a un personaje más cruel, desagradable, asesino y malvado que el juez Frodo. No mata al pobre bebé deforme por si en el futuro le puede servir a él de ayuda.

Blanca Nieves, la madrastra manda matarla porque es más bella que ella y como la primera vez no lo consigue, decide disfrazarse de vieja horrorosa y envenenarla.

Cenicienta, las hermanastras y la madrastra le hacen la vida imposible y encima la tienen de criada en ¡su propia casa! 

(En este blog hablan sobre el tema y comentan varias curiosidades)

Al menos todas ellas terminan con final feliz.

Los dibujos animados de ahora no tienen nada que ver con los de antes. Eso es más que evidente.

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