Después de un largo periodo vacacional, donde el
tiempo para ordenar las ideas ha brillado por su ausencia, decido comenzar de
nuevo hablando de una película. Como este blog, hacia tiempo que no iba al
cine. Curiosamente coincidió y sin saberlo, que era el día del espectador, por
lo que dolió menos el pago de la entrada.
Nos encontramos ante una película que dice mucho,
aunque puede que con los adornos y florituras se pierda un poco el mensaje. Sin
embargo, he de admitir que me gustan este tipo de películas, con gente
corriente y moliente, cuyas insípidas vidas me hacen sentir cómoda. La vida de
un astronauta o de una estrella de rock, pueden ser muy interesantes, pero me
cuesta más empatizar con estos personajes. Sin embargo, en cuanto veo a un tio
bajito, tirando a no muy agraciado y cuya mente está llena de chorradas como
pianos, pero que sin embargo su mundo interior es mucho mejor que la aburrida y
triste realidad, pienso ¡Genial! voy a ver esta peli, porque seguro que algo me
llegará.
El personaje de esta película suele abstraerse de
su mundo, imaginando las situaciones más pintorescas, porque su vida está llena
de insatisfacciones, así que necesita esa abstracción como vía de escape. Me
hizo gracia, el momento de la película donde el protagonista intenta abrirse
una cuenta online tipo Meetic, para ligar y no tiene nada interesante que
añadir a su perfil. Me gustó, porque a menudo percibo una competición por
ver quién se divierte más en las redes sociales, quién tiene una vida más
fabulosa y desde luego, la velocidad con la que divulgan su diversión en sus
diferentes perfiles de Instagram, Facebook, Twitter, blogs etc.
Bueno, pues nuestro protagonista no se esfuerza
demasiado porque su vida parezca maravillosa, simplemente dice la verdad: No
tengo nada interesante que contar...
Walter desconoce el poder del Marketing, hace que
cualquier cosa parezca maravillosa, todo depende de cómo se muestren y se
cuenten las cosas.
Pero bueno, volvamos a la película. Sin duda, lo
que más me gustó fue como el personaje es un completo conformista, cobarde y
muy gris. Sin embargo llegado el momento, es capaz de sacar todo su coraje y
plantarle cara a la vida. Le echa un par de narices y toma el control de su
vida. Toma un vuelo y marcha a Groenlandia, luego un barco a Islandia, toma una
ruta en bici, luego en monopatín y por último sube al Himalaya. ¡Joder! Ya
sabemos que es una película, pero ¿Cuántas veces has pensado en coger tu maleta
y marcharte? Para poder hacer lo que siempre has querido, sin miedos, sin
pensarlo demasiado, simplemente porque te apetece y ¡lo has hecho! da la
impresión de resultar algo muy simple pero no lo es, es complicado.
A menudo uno vuelve a su niñez, incluso a su
adolescencia, y en esa retrospectiva recuerda cómo imaginaba que seria su vida,
como pensaba que se comería el mundo, pero luego, no sé sabe muy bien porqué
todo se desvanece y acabas imaginando una vida paralela a la tuya, porque la
propia es tan gris, insípida y aburrida como la de Walter Mitty
Sin duda, una de las cualidades que más admiro
del ser humano es la valentía, no nos engañemos, es una cualidad que no se
encuentra fácilmente, por eso creo que si alguien está dispuesto a ¡echarle
cojones a la vida! tiene y tendrá siempre todos mis respetos, porque no nos
queda otra que ¡echarle valor!
Así que este 2014 tendremos que sacar todo nuestro coraje si queremos que algo cambie, a mejor claro.
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