Reconozco que ante la lluvia de acontecimientos
que han ido sucediendo, se me ha ido acumulando la tarea y al final he decidido
hacer un popurrí de todo aquello que ha impactado en mi cabeza.
En ocasiones cuando acudo a un centro comercial o
tienda de barrio y veo unos zapatos que me gustan, suelo mirar dos cosas, una
el precio y dos la procedencia de los zapatos. Cuando es un made in Spain,
comprendo que los zapatos cuesten un ojo de la cara, porque producir en nuestro
país es caro de narices, aunque también es cierto que la calidad se nota y
mucho. Cuando veo made in Taiwán, China, Camboya etc... Si el precio no lo
considero adecuado a mi bolsillo lo dejo tal cual en su sitio y sigo buscando.
Si el precio me parece razonable a su calidad y comodidad, entonces lo
compro.
Lo curioso del tema, es que hay gente que hace
esto mismo con las personas. Si viene un japonés, alemán, americano, noruego a
ofrecerse como trabajador a un país extranjero por lo general, aunque depende
del país, tiene muchas y buenas posibilidades de encontrar un puesto de
trabajo. Pero si se trata de un español, italiano, griego o portugués. La cosa
ya cambia. ¿Somos ciudadanos de segunda? por supuesto, los PIGS ya tenemos
marca y todo, fácilmente reconocible. Pero qué pasa cuando no vienen a pedir
trabajo, sino que son donantes de órganos. Ah no, aquí también hay gente que
pone pegas, hay a quién no le gustaría nada que un colombiano hubiera donado su
corazón para salvar su vida. Aquí mejor el producto español, bueno y si ha sido
un asesino ya ni se te ocurra, no vaya a ser que se me pegue algo, que no está
demostrado científicamente pero mira que si me pasa, eso es como la ouija, yo
no creo, pero por si acaso no juego, a ver si se me va a aparecer Hitler y me
va a estar pegando palos cada vez que me coma un kebap.
Pero bueno ahí no queda la cosa, hay personas a
las que les parece un insulto que les relacionen con los españoles, y no hablo
de países lejanos, no, no, es nuestro pueblo primo hermano Cataluña, que ya se
ha hecho mayor y quiere independizarse, pero como los jóvenes de hoy en día,
que no son listos ni nada, ¡mamá me independizo pero me sigues pagando el
móvil, la paga mensual y me voy comer todos los días a casa! y me lavas la ropa
también que yo no me aclaro con la lavadora y me das unos Tupper... y qué mas!
Pero bueno, si es que el tema económico
siempre pesa, que se lo digan a los encargados y responsables del Madrid Arena,
que bueno sí, caber no caben, pero y la pasta que me voy a embolsar qué, eso
cuenta y mucho. Que ahora resulta que los medios no paran de meter
informaciones sobre el tema cuando yo llevo viendo como nos meten en latas de
sardinas desde que cumplí los 16 años, pero claro hasta que no fallecen
personas no se toman medidas, porque la pasta es la pasta. Que esa es otra, qué
pesados, cuando encuentras un tema con filón mediático le dan un bombo
impresionante y como muy bien ha dicho un señor periodista del programa de
Susana Griso, cuántos asesinatos se cometerán que no salen por televisión y que
nadie se entera, ni por supuesto los políticos llaman a las víctimas
(refiriéndose al caso de los niños de Córdoba). Yo ya estoy esperando que Tele
5 ponga en marcha un telefilme sobre el caso.
Cuántos pobres ciudadanos han tenido que quitarse
la vida para que el gobierno tome medidas contra los desahucios. ¿Qué pasa que
hasta que el lobo no enseña los dientes no echamos a correr o qué? pues va a
ser que no.
Y aquí es dónde yo me pregunto ¿vale la pena salir
a la calle a luchar por nuestros intereses? ¿Es bueno o malo para el país
convocar una huelga general cuando el país está en la ruina? ¿Echarán a Mariló
Montero de Tve? todas estas preguntas me quedan sin responder, no sé la
respuesta pero lo que si sé es que solamente los pesados consiguen algo en esta
vida, habrá que ser pesados y seguir intentándolo, lo que ya no me gusta nada
es que haya quien tenga que pagar con su vida para conseguir que se cambien las
cosas.
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