"Pedirle a un sinvergüenza que sienta vergüenza es como pedirle al ahorcado que vuelva a respirar".
En la vorágine del día a día, se nos olvidan
muchas cosas, supongo que por falta de tiempo, por falta de ganas, por falta de
todo. Sin embargo de algún modo tenemos que dar vía libre a todo aquello que
sentimos y que no tenemos ocasión de expresar. Y como nunca o casi nunca lo
expresamos, un día todo se desborda y lloras. Pegas. Insultas. Gritas. Todo
esto, en el mejor de los casos, peor sería no hacer ni siquiera alguna de estas
cosas.
Entonces te da por llorar. Y lloras por todo, sin
parar. Por aquello que te dijeron que te sentó tan mal que no supiste
reaccionar. Lloras por un familiar que tiene problemas, por el amigo que no
ves, porque está nublado y hace frío, porque todavía es martes y queda mucho
para el fin de semana, por las noticias de la televisión y aquella señora que
se quedó en la calle, por quién murió y ya no está, por la vida en si misma.
Sin saber cómo parar, intentas tranquilizarte, no
hay otro remedio, tienes que seguir, aún a sabiendas que no importa lo que
hagas, el sinvergüenza no te dará tregua, apretará hasta que digas basta.
En ese momento, respiras hondo, y sintiéndote
mucho mejor, desahogado, decides pensar que mañana ya es miércoles, mitad de
semana, que como hace frío, mejor peli y mantita, que si llueve mejor para mis
plantas, que el amigo este que no ves, ya le llamarás el fin de semana, en el
familiar guardas esperanzas de mejora, la tele la apagas y el que murió, no está
presente, pero vive en tu pensamiento.
Y al sinvergüenza, pues nada sólo tienes que matarlo, recuerda que tiene que parecer un accidente y cuando te pregunten en el juicio, dí: lo siento, no lo recuerdo, no me consta, yo confiaba en mi marido.
En fin, fuera de bromas, lo mejor es ignorarle, a ver qué pasa, lo mismo desaparece. Cualquier cosa que hagas siempre será mejor que dejarles ganar.
P.D. Tenéis que ver "Un día de furia" vuestras vidas cambiarán sustancialmente.