Para quién todavía no lo sepa, un freelance es un
trabajador que la empresa no quiere incluir en su plantilla por suponerle un
gasto excesivo: darle de alta en la seguridad social, contratación, vacaciones
etc. De esta manera puede disponer de esta persona cuando lo necesite pero por
mucho menos dinero. Trabajas como si estuvieras en la oficina pero tu oficina
es tu casa, un pequeño despacho que te has acomodado para poder mandar mails,
diseñar campañas, redactar notas de prensa, realizar acciones comerciales y un
largo etc.
Una vez más debido a la situación actual cada vez
más observamos en la calle gente que cuando le preguntas si trabaja ellos te
responden: soy freelance. Esta respuesta no siempre es entendida por el otro interlocutor
de modo que por no explicarle lo que dice el texto arriba, dices "Trabajo
por mi cuenta" pero entonces el interlocutor sigue preguntando ¡ah! ¿Eres autónomo?
en ese momento quisieras ser sincero y responder que no, que lo que suelen
pagarte es menos de lo que cuesta hacerse autónomo por tanto y sin entrar en
detalles sólo respondes "algo parecido".
Maneras de buscarse la vida siempre ha habido
muchas que se lo digan a los brasileños que muchos de ellos viven de hacer
pulseras o collares a los viandantes, que sea digno o no eso ya es otro cantar,
en cualquier caso lo importante es "ganarse la vida como uno pueda".
Llegados a este punto, quizás sea mejor no
buscarle los "tres pies al gato" y trabajar, trabajar mucho, aunque
se gane poco. Por que siempre puede ser peor, se puede hacer el trabajo y
después no cobrarlo porque la campaña no se va a hacer finalmente, porque el
empresario ha perdido tu cuenta bancaria, porque no se acuerda de quién eres,
porque lo que se habló no fue finalmente lo que se acordó y porque con tanto
pillastre sabes que te la juegas mucho y lo mejor es ponerlo todo por escrito
porque las "palabritas se las lleva el viento" pero claro esto
tampoco es siempre fácil, hay algunos empresarios que tienen miedo a escribir
letras juntas formando frases que finalmente acaben en una cifra numérica que
algún día llegará a ser tu modesto sueldo ¡el pan de cada día señores! ¡ah pero
esto es tan caro! ¿Pero esto no era gratis? Señor empresario cuando usted fue
al concesionario a comprarse su Mercedes ¿le preguntó eso al vendedor? Esto
vale lo que vale !oiga! y si no cómprese un Seat Ibiza que está muy bien
también. Pero claro el empresario quiere un Mercedes a coste de un utilitario
normal y corriente. Y la gasolina la querrá pagar también más barata ¿verdad?
claro ahora entiendo como se ha forrado usted a costa de los ¡freelance!
Pero entonces te encuentras en una encrucijada y
piensas que no debes devaluar tu trabajo, que esto es así ¡y punto!
Finalmente acabas aceptando el trabajo por menos
dinero que el que te corresponde porque ¡lo importante es trabajar! trabajar
mucho aunque cobres poco ¡trabajar, trabajar y trabajar! ¿Quién pagará el
alquiler? ¿la compra del Mercadona? ¿el viaje de fin de semana que harás en
plan escapada rapidita este verano?
Y así tu sigues con tu modesto utilitario
recorriendo la ciudad, haciendo llamadas a móviles, escribiendo, diseñando,
planificando, comprando en el Lidl porque ya al Mercadona no llegas y el
empresario pasa por tu lado con su Mercedes yendo a El Corte Inglés. Y en ese
momento piensas que el ciclo de la vida es así que te ha tocado ser un pequeño
antílope huyendo por la selva porque los leones van a por ti a comerte.
En este punto me acuerdo de dos pequeños roedores
que cada noche planeaban cómo conquistar el mundo, dos ratoncitos que en cada
capítulo fracasaban y al día siguiente volvían a empezar y comentaban ¿Qué
haremos esta noche Cerebro? Lo que hacemos todas las noches Pinkie ¡tratar de
conquistar el mundo!