lunes, 17 de septiembre de 2012

Islas Diómedes

Era un día entre semana, cuando exhausta de apretar el botón de cambio de canal del mando de la tele, decidí poner la 2 de TVE. La verdad es que es el canal más visto por toda la ciudadanía española y no sé cómo no se me ocurrió  ponerlo antes, simplemente por probar, a ver qué pasaba.

Pude comprobar, que estaban hablando de un lugar llamado Diómedes, al parecer el último lugar del mundo habitado por seres humanos. Una isla entre Alaska y Rusia, donde sus habitantes son, probablemente, los últimos esquimales vivientes.

El hecho de que lo catalogasen en el documental, como el último lugar de la tierra habitado por humanos, me resultó lo suficientemente interesante como para seguir viéndolo, eso y sus temperaturas, 20º grados bajo cero en el pueblo y acercándose a la costa, la sensación térmica oscilaba entre unos 60º grados bajo cero. Los hombres que rodaban el documental, tenían unos 15 minutos antes de que la cámara de video se congelase, tampoco ellos podían estar más de ese tiempo fuera por que corrían el riesgo de quedar también congelados. 

El pueblo cuenta con un colegio, un pequeño ayuntamiento, y un mini hospital. Cualquiera que visite  la isla o quiera salir de ella, sólo puede hacerlo en helicóptero. 

Me llamaron la atención, un par de frases que se dijeron en el programa. Una de ellas, es que hasta en el último rincón del mundo hay un niño jugando y la otra, que los habitantes de Diómedes vivían dándole la espalda al mundo.

Aquello me fascinó.

Sin embargo, uno de los hombres del poblado, admitió que sus hijas no seguirían toda su vida viviendo allí, porque saldrían fuera de la isla para ir a la Universidad. Otro hombre entrevistado en el documental, dijo que en cuanto el colegio cerrase, Diómedes iría poco a poco apagándose, hasta su desaparición. Y todos hablaban del cambio climático, del poco hielo y peces que quedaban, en comparación con los últimos diez años.



Entre vivir de espaldas al mundo y luchar por cambiarlo, hay un gran trecho. Mucho más amplio que entre estas islas, alejadas de todo. Pero como bien dijo ayer un señor muy sensato ¡Si somos millones los que damos un paso daremos un gran salto!